Problemas con la palabra no.

Ahí donde se la ve parece una palabra sencillita, sin ninguna miga, tonta, con solo dos letras, consonante y vocal, nada más. Es mucho más sencilla que “Incongruencia”, “Interestelar”, “Arcipreste”, vamos, una palabra tonta, tonta.

Es de esas palabras que hay que utilizar con cuidado, si la usas muy a menudo, deja de tener valor y ya nadie te la tendrá en cuenta, y si la dices muy, muy serio y tajante, puedes pisotear algún que otro sentimiento, sobre todo en la expresión: ¡Que NO, coñ*!

Tengo una amiga que es incapaz de pronunciarla, nunca, nunca te dirá que no, encima sabe que es patológico, conoce sus limitaciones y sabe que ante una situación comprometida en la que a la otra parte le haga mucha ilusión algo, por muy poco que le guste la idea, nunca, nunca dirá que no lo hará.

Eso le ha hecho llevar a cabo alguna que otra cita de lo más surrealistas, le tengo dicho que no mezcle amigos, que con su defecto no es en absoluto aconsejable.

A mi me ha metido de marrón más de una vez, con parejas con las que no quería quedar, y que en su total imposibilidad de decirles que no, al final, su única salida para no llegar a un contacto intimo, era… Llamarme a mí. Yo de sujeta velas, con el maromo deseando que me fuera a mi casa, yo deseando irme a mi casa, y mi “amiguita” pasándoselo bomba… En serio, sé porque ella me lo ha dicho, que no le parecía un mal plan, al fin y al cabo con el maromo en cuestión yo no me llevo mal ni nada parecido.

Vale, ¿y qué? Si el chico tiene sus necesidades y yo estoy en medio, ella actúa como si yo estuviera en medio, y yo me siento en medio, en algún punto él debería pensar que algo se le estaba pasando, posiblemente pensara que estaba por él… Tampoco me extrañaría, ante una pregunta directa del tipo ¿Yo a tu amiga le gusto? Sé a ciencia cierta lo que no contestaría mi amiguita.

Este fin de semana se ha metido ella solita en un marrón, me lo contó ayer por teléfono, aún se me saltan las lagrimillas cuando me acuerdo.

Y mira que se lo tengo dicho, que es mejor no meterse en líos, que si no puedes quedar, porque el día solo tiene 24 horas, pues no se queda y punto, pero no me hizo caso, es de las que prefiere llegar tarde, pero no dejar tirado, así que por arte de birlibirloque ayer mi gran amiga, estaba tomando café y compartiendo mesa con su “amigo-especial”, un amigo de este que resulta que tubo algo con mi amiga y con quien realmente había quedado a tomar café, un compañero del trabajo “con posibilidades” es que encima la niña no es ni original para elegir sitio… ¡Yo me parto!.

Saludos,
YoMisma