Hada

Llega mi hada y me da dos tortas, no puede entender cómo a estas alturas sigo siendo tan confiada, tan tonta y tan ingenua.

Dice que mi forma de ser y de pensar no tiene porqué ser compartida por el resto de la gente, y el hecho de no pensar en el resto de las posibilidades me está dejando indefensa.

Dice que hay gente que no es como yo.

Que lo que yo considero justo, no es suficiente para tomar una decisión para la mayoría de la gente, y que muchos prefieren la comodidad que aspirar a grandes ideales y utopías.

Me dice que lo que espero encontrar no existe, que me lo he inventado, que nadie tiene eso, y por lo tanto yo tampoco lo tendré, me da una enorme lista de ejemplos que sustentan sus argumentos, multitud de conocidos y amigos que ondean la palabra amor como si ella significara lo mismo que yo entiendo, y me da todas las razones para que entienda que no lo es, que no es el amor al que yo me refiero.

Que no existe.

Le digo que vale, que gana, que no puedo entender las decisiones de todo el mundo si no le mueve lo mismo que a mi, y que si eso que busco no existe, no tengo objeción en vivir sola, pero en ningún caso volveré a disfrazar la comodidad y la seguridad sólo por la pereza de seguir buscando.

Le digo “Tú ganas” y al fin me deja tranquila.

Pero tengo un secreto, realmente sé que existe... lo he visto en Padres... desde siempre... su forma de actuar el uno con el otro después de más de tres décadas juntos no deja lugar a dudas, existir existe.

Saludines,
YoMisma



Nuevo Mundo

Por supuesto no es mi primera incursión en tierras desconocidas, por descontado no soy de esos hombres de espíritu débil que a la primera sacudida del barco, echan por la borda su dignidad y la primera papilla que les dió su madre. Aún así estaba nervioso, hoy por fin era el desembarco, llegaríamos a aquellas islas después de aquel viaje agitado y lleno de prisas por parte de todo el mundo, la tripulación, el capitán y sobre todo de mí mismo, sólo quería ver lo que me encontraba allí.

La selva nunca me ha asustado, no soy el tipo de hombre rudo como una roca al que nadie osa enfrentarse, pero con el tiempo lo que mi cuerpo no ha sido capaz de proporcionarme por el camino de la intimidación de mis iguales, lo ha conseguido una mente despierta, que seguro he heredado de mi abuelo materno, con ello siempre he conseguido el respeto de mis superiores y el desconcierto de más de un compañero.

No sé que ha sido exactamente lo que hizo, que en el último viaje de suministros a estas inexploradas islas, se incluyera mi nombre entre el de otros, pero el proyecto me entusiasmó desde el mismo momento en el que me hicieron conocedor de él.

Hasta el sillón más cómodo se puede volver una jaula, para el que ve su destino inmutable sobre tan cómodo asiento

Desenterrar todas mis pertenencias de antiguas empresas, me dió un aire juvenil y una ilusión que hacía años había perdido, la selva me esperaba, todo el inmenso mundo por conocer estaba allí, a mi alcance y ya me veía por aquella tierra inhóspita conociendola como la palma de mi mano.

El primer día solo ha sido de reconocimiento, nos enseñaron los territorios que rodean al campamento base, somos las unidades de refresco de otras que empezaban a perder la esperanza de ser capaces de hacerse con aquel vasto mundo, aunque encuentro mi mismo entusiasmo en otros compañeros que ya están aquí, se han adaptado como pueden a esta tierra naranja con vegetación de un color tan oscuro que todo parece carbón, no he perdido ni un ápice de ese frenético entusiasmo que me impide ver cualquier problema solo como una oportunidad, una excusa para deshacerme de mi cómodo y monótono sofá, siempre al pie de mi chimenea.

Mis nervios han desaparecido, mi único problema real era imaginarme el estado de ánimo que rodeaba el campamento, no creo haberme perdido mucho aunque mi llegada se haya visto retrasada por los cambios de las mareas en mi viaje, y el ambiente solo es como el de otros campamentos que he visto antes cuando la toma de contacto con el terreno ha sido tan insignificante que aún no se ha definido ningún problema real.

Pienso disfrutar de este tiempo, como de todas las aventuras que me esperan y que están por descubrir, saborearé mi libertad, el olor de la brisa de este mar amarillo y terminaré acostumbrandome al color de su tierra, este será mi nuevo emplazamiento y reclamaré para mi espiritu cada una de sus oscuras palmeras.

17-07-13 de la Nueva Era



Engendro

Últimamente llego a casa con el hambre de una manada de lobos.

Ayer, además, llegué con la creatividad de Dalí.

Y me apetecían hidratos de carbono, así en general, pero no tenía patatas, no tenía pan, no quería pasta, arroz fué lo que comí, tampoco tenía pan.

Busqué por internet una receta de algo de masa, “masa microondas” le dije, tampoco tengo horno...

Encontré esta receta

Y me fuí a mi cocinita.

Tampoco tengo harina, después de muchos esfuerzos fuí capaz de recordar que en la Separación de Bienes perdí la harina y el bote que la guardaba... solo he tardado en darme cuenta 10 meses... bien por mi!

Así que la receta quedó como sigue:

- Vaso de los más pequeños que tengo de agua.

- La mitad de este de aceite (Nota mental, mejor menos)

- Sal

- Pan rallado (Nota mental, el pan rallado es más salado que la harina, me pasé con la sal)

- Oregano en polvo

- Ajo en polvo (esto fué sin querer... pensaba que venía en la receta)

Hice una masa con esto, como no llevaba levadura ni harina, ni nada que pudiera fermentar, me salté el rato de reposo.

Lo extendí en un bol para micro, hice trocitos un paquete de salchichas y le eché unos tomatitos de esos enanos, como la receta decía cubrir... me dió cosa no seguir algún paso de la receta... y al final hice un pegote.

Luego viene la receta y dice que para microondas más básicos ponerlo a cocer al 60%, el mío tiene que ser súper básico, porque tiene 50% u 80%, elegí 50. 15 minutos después... bueno... estaba tibio... me cansé y le pusé 8 minutos a 80%, así al menos chisporroteaban las salchichas.

y Bualá!

Rico, rico! Creo que tengo una Hada Cocinera :)


Saludines,

YoMisma