Tiempo

Sentía como el suelo empezaba a descomponerse a sus pies, lo notaba desde hace más tiempo del que quería reconocer, pero no hacía nada, seguía allí, parado, en aquella pequeña estancia lo tenía todo, la comodidad y el tiempo, eso era lo primero que tendría que arriesgar si salía de allí, no se podía decir que allí hubiera paz, con el suelo desquebrajándose bajo él, pero era una tensión con la que podía vivir por ahora.

Se imaginaba así mismo intentado hacerle comprender a sus conocidos porqué se mantenía en esa situación, y era consciente de que ni él mismo se lo creía, él era el depositario de los mayores ideales, nadie creería que sería capaz de vivir así, que se mantendría oculto dejando pasar los días.

Era pereza, o incapacidad para entrar en el conflicto, tener que organizarlo todo, moverse, adaptarse de nuevo, y esa soledad tranquila y silenciosa, lo que le paraban.

"La última vez, lo prometo, prometo no acostumbrarme al ruido de la tierra al ceder, prometo que en la próxima sacudida cogeré mis cosas y me iré, pero la próxima vez, aún aguanta este suelo un poco más, quiero estar seguro de que es la decisión correcta."

Le consolaba imaginarse a sí mismo dentro de una década con el problema resuelto, sabía que no pasaría su vida en esa situación, sabía que en el futuro su suelo sería sólido y resistente.

En el futuro.

Saludines,
YoMisma

4 comentarios:

Martha dijo...

Ufff...no creo que sea bueno poner tantas esperanzas en el futuro y quedarse esperando. Lo mejor es trabajar en el presente para alcanzar el futuro que quieres tener...o, al menos, algo parecido...


1 besazo!

Tanais dijo...

mmmmmm yo creo que hay que poner un límite, una fecha...si no...mal asunto...

Oltra Bitácora dijo...

Esperar desde mi punto de vista es sinónimo de desesperar...pero esq yo soy muy impaciente, jeje.

Inagotable dijo...

Te acostumbras a tus males y a manejarlos. Lo último que te apetece es cambiarlos por unos nuevos que no conoces porque la pereza e inseguridad que te producen.