La tonta de la película.

“En esta película, que es la vida, hay que repartir todos los papeles, todos los roles, no se puede quedar ninguno en la papelera, hay demasiada gente para no poder repartirlos todos, así que no quiero excusas, es más, quiero mucha gente que interprete cada uno de los roles establecidos, no quiero que quede ningún palo que tocar”

El director de la peli.

Y con estas a mi me tocó el de tonta, era inevitable, y entre este y por ejemplo listilla y creída de las narices, pues me gusta más el mío.

De todas maneras tiene sus efectos secundarios, y una mala leche que me pone el mundo, a veces, que telita. Pero no puedo salir de mi papel, es una de las reglas, lo que te toca te lo quedas de por vida, solo si hay un giro muy enrevesado en el guión, es posible que cambie, pero no me puedo ilusionar con esto, no es que pase muy a menudo.

Compré un ser vivo por Internet, y me lo mandaron, el ser vivo en cuestión murió a los pocos días por muchos veterinarios que fuimos a ver y por mucho que nos empeñamos en que no pasara.

Me puse en contacto con el vendedor, me dijo que reconocía que era culpa suya y que el resto de los seres vivos que aún no había vendido también se estaban muriendo, le pregunté cortésmente que si me podía devolver el dinero, y me dijo que si, pero que ahora mismo no disponía de crédito, y que me esperara 15 días a que pudiera.

Como soy tonta, no le avisé a los 15 días, me esperé un poco más, como otro mes y pico, al fin y al cabo si el vendedor tenía apuros económicos y me daba su palabra de devolución, tampoco quería estar presionando eternamente.

Al mes y medio le mandé un mail, y no me respondió.

Ya han pasado cuatro meses desde que me dijo que me iba a pagar, hace una semana lo llamé. Estaba nerviosa. Me sentía culpable por pedir el dinero que había dicho me devolvería, me dijo que si, que me lo devuelve, que le extrañó que no le dijera nada en todo este tiempo. Supongo que en el fondo esperaba que se me olvidara y por eso no movió un dedo.

Le mandé un mail otra vez con mi número de cuenta, dijo que en cuanto lo recibiera me mandaba un correo de confirmación, no recibo el famoso mail.

Lo triste no es que no me paguen, que me vendieran un ser vivo enfermo, y que tuviera que ver como el pobre bichito agonizaba, lo triste es que después de todo, me siento culpable llamándolo otra vez más para pedir mi dinero. Un dinero que dijo que me iba a devolver, ni siquiera hemos llegado al punto de la discusión en la que se decide si es justo o no devolverme el dinero, nos hemos parado antes, y a mi me da palo seguir insistiendo.

Saludos,
YoMisma