Europe’s living a celebration

Corría el año 1991, y Sergio Dalma iba a Eurovisión! Yo estaba encantadita, me encantaba el cantante, me gustaba la canción y por nada del mundo me lo quería perder, normalmente estos concursos no me iban ni me van, pero era Sergio Dalma. Me las ingenié para que todos estuvieran calladitos y sentaditos cenando para cuando empezara el programa, estábamos en casa de mi abuelo, y ya se sabe, entre conversaciones y anécdotas, no tenían porque estar todos sentados ante la mesa a la hora adecuada, a parte, que si no estaban seguro que me mandaban hacer algo.

Y por fin llegó el momento de que cantara, ¡Jo! Que bien lo hizo, que guapetón estaba y que bien quedó todo, yo estaba tan contenta, ninguno de los demás cantantes me pareció que le llegara ni a la suela del zapato, así que esperé con prisas las votaciones para que se alzara con la victoria, pero no ganó. Se quedó en el cuarto puesto, y en algunos momentos, parecía que si, que lo íbamos a conseguir, pero no fue así, le pregunté a mi madre que porque no había ganado, que qué pasó y me contó que independientemente de lo bien o mal que cantara, al final también había que tener en cuenta las relaciones políticas de los demás países con sus vecinos o sus amigos, por lo que si un país con el que mantienes buenas relaciones va a Eurovisión le das buena nota, cante lo que cante su representante.

Me fastidió, ¿entonces para que narices hacen un concurso de cantantes?

Este año ha sufrido de la impopularidad española entre sus vecinos europeos Soraya, creo que era la primera vez desde aquel 1991, que realmente consideraba merecedora de representarnos a la cantante que habíamos elegido, no soy fan suya y he de reconocer que he oído la canción dos veces, y una de ellas fue en el propio concurso. Pero tenía la fuerza en el escenario que creo necesaria para cantar, se la veía muy desenvuelta y feliz, no es que tenga nada en contra de los anteriores representantes, solo que el echo de tener que mandar a alguien por narices, creo que no nos dejó demasiado criterio, tanto pensar ¿qué es lo que gustará en Europa? Nos deja con muy poca iniciativa para elegir con un poco de visión.

Y nos quedamos los penúltimos, a un punto solamente de un deshonroso último puesto, los amiguillos se votaron entre ellos, y a nosotros nos votó con una puntuación un pelín alta Andorra y Portugal, ni siquiera Francia con la que compartimos todos los Pirineos
¿Quién le dice a Soraya que no se merecía eso? ¿Qué consecuencia de nuestra política exterior deberíamos sacar? Tanto pensar si EEUU nos quiere y resulta que la UE que es con los que tendríamos que estar más unidos pasa totalmente de nosotros.

Ni siquiera fuimos del montón, somos algo parecido a ese compañero de instituto que los demás solo advierten su presencia cuando el profesor pasa lista, al menos Finlandia está en la misma situación, pero tampoco nos hablamos con ella, impopular y autistas, magnifico.

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Saludos
YoMisma