La cosa de haberme convertido en una cotilla cibernética no se quedó solo en el mero hecho de recibir información de Internet, clasificarla y seguir con mi vida, me ha dado por replantearme cosas. Encontrar a mis dos mejores enemigos allí, fue una sensación buena, me gusta verlos sonreír y me gusta que la vida les vaya bien. Por eso, para que lo entendáis os voy a explicar diferentes conceptos que para mi, creo, son diferentes a los que pueden tener el resto de los humanos.
Mejor Enemigo: Es aquella persona con la que has pasado muchísimo tiempo en algún punto de tu vida, conoces a sus padres, a sus hermanos, te saluda el perro y tus padres y los suyos se saludan por la calle, son esas personas que conociste cuando te relacionabas con los seres vivos a partir de la interfaz que eran tus progenitores, en uno de los casos y en el otro, cuando aún hacías actividades a las que se invitaba a los padres a ver.
¡Eran amigos! Los únicos amigos que tenías en aquella época, con los que pasabas las tardes, ese tipo de amistades que se tienen porque las circunstancias del espacio te han hecho tener, con eso me refiero es que nuestra amistad se reducía a que empezamos en el colegio juntos, o en el instituto, y que nada tenía que ver, por aquel entonces, con lo que uno piensa o la forma de ser de cada cual. Era una amistad no elegida, más bien te la encontrabas y después de algún tiempo empezaban a ser amigos.
El problema, al menos en mi caso, es que el tiempo te hace crecer, te hace pensar y te hace, sobre todo, tomar decisiones, algunas son tontas y otras tan serias como cuál es la forma en la que te presentarás ante los demás y como los quieres tratar y sobre todo como quieres que te traten, en mi familia arrastramos un comportamiento genético (del que no me avergüenzo, en absoluto) que nos impide la posibilidad de burlarnos de los otros, de ridiculizar y hacer daño solo por sobresalir en un grupo. Y en ese punto empezó la distancia, mi incapacidad para luchar con sus mismas armas, me hizo más aún el blanco de sus bromas, o de su mala gaita, y al final no me quedó otra que emigrar a otras tierras. Al final, esa es la única realidad, con más o menos detalles.
Hubo un punto de asombro, entre las mil anécdotas que podría contar estando con ellos. En el colegio teníamos a una compañera que era repetidora (LaAlta), justo en la edad que un año marca la diferencia, nos sacaba una cabeza. El tiempo pasó y un día íbamos por la calle MejorEnemiga y yo y nos encontramos a LaAlta.
LaAlta: Jo! MejorEnemiga no has cambiado nada. En cambio YoMisma que alta estás, ya somos iguales.
YoMisma: (Sonrisita, siempre me dio respeto aquella chica)
MejorEnemiga: Pero sigue tan tonta como siempre.
YoMisma: … (Y era cierto, la violencia verbal imprevista siempre me ha dejado sin saber que decir)
Saludos
YoMisma
Estilo "ya tu sabeh"
Hace 3 meses
0 comentarios:
Publicar un comentario