Me gustan mucho los perros, me encantan los animales, y en muchos sentidos los considero mucho más coherentes que algunos humanillos, así que no intento ofender a ningún cánido que pase a leerme.
Mi amigo grandote, llegó de una manera accidental, yo buscaba compañero para mis largos días de hastío y apareció él, con su gran tamaño y con su innegable carácter, sé que lo tenía, conozco las características básicas de la raza y sabía que no iba a ser un perrito sumiso y obediente, al menos no sin el adiestramiento adecuado, sabía que le habían hecho daño y que por eso venía un poco resabiado con el resto de mis congéneres, pero lo acepte, me gustan los retos, y sobre todo, no lo tengo miedo en absoluto.
Todo fue relativamente bien durante una temporada, nos empezamos a llevar bien y cogimos cierta confianza, por supuesto su carácter no cambió, seguía teniendo sus escarceos de mal humor y algún que otro mordisco si que intentó propinar, pero estaba atado y en su caseta, así que asumí que solo era territorialismo y que realmente, solo estaba intentando defender lo que era suyo.
En algún momento se me escapó de las manos y con la confianza empezó a considerar que mi casa era también la suya, ese momento yo no lo vi, creo que nadie se dio cuenta, pero de la noche a la mañana, lo tenía en la puerta de mi casa, ladrando, mordiendo e importunando a todo el que osase intentar entrar.
Tuve que recurrir a mi familia, en una primera instancia, la batalla fue ardua, pero no lo convencieron ni por las buenas ni por las malas, también lancé una llamada de auxilio a mis amigos, que acudieron raudos a echarme una mano, jo, que ilusión, de verdad, no pensaba que fueran a ser tan rápidos, incluso vino gente que pasaba por la calle, con todo su buena intención de ayudarme y me lanzaron miradas de complicidad y de apoyo.
Creo que al final se calmó, es posible que no le prestara suficiente atención y que se sintiera indefenso, que realmente lo que estaba haciendo era mostrarme lo aburrido que se encontraba y lo único que quería era un poco de atención.
Pero cuando tu amigo, es un Rottweiler, al menos desde mi pequeña estructura física, comparada con la suya, of course, asusta, acojona y encima da miedo, tal vez me precipité al pedir ayuda, tal vez no fuera para tanto, espero que no se vuelva a repetir, y por supuesto lo perdono, igual que espero que él me perdone a mi, por no entender esos arranques de mal humor en mi casa.
Saludos,
YoMisma
Estilo "ya tu sabeh"
Hace 3 meses
6 comentarios:
Mi perro hace lo mismo, cada vez que alguien llama al timbre o abre la puerta del jardín, se pone a ladrar como un loco. Eso sí, a los 10 segundos ya está saltando de alegría y chupeteando al visitante.
De todos modos, los perros son como los niños, hay que enseñarles límites y "castigarles" aunque seamos nosotros los que lo pasemos mal dejándoles atados y solos mientras nos miran con cara de pena. Se las saben todas.
A mi me encantan los perros, pero ciertas razas no las tendría, más que nada porque conozco a gente que las ha tenido, y han sufrido más de un disgusto.
Pîenso que no puedes vivir atemorizada por tu perro, y se de gente que si que lo estaba. Concretamente hablo de un doberman, que también es considerada una raza "peligrosa". Lo criarón desde cachorro, y un día de buenas a primeras se volvio salvaje, sin saber porqué y sin ningún motivo.
Un beso y yo también espero que no te vuelva a pasar!!
Nunca he tenido un perro ni creo que lo tenga, pero me gusta la lealtad que tienen a sus dueños y cómo se adaptan a su entorno sin dificultad. Dale tiempo y verás como tienes a un amigo y compañero inseparable.
Un beso.
Me encantan los perros. En casa siempre hubo, como mínimo, uno. Sin embargo, esta raza me inspira mucho respeto. Sé que los perros no son malos, que son los dueños que a veces con esos adiestramientos agresivos los vuelven así, pero no estaría segura con un rottweiller en casa. Mejor dicho, no me sentiría segura. Un saludo.
Te aconsejo que te deshagas del perro, si realmente te gusta su compañía hazte con uno más amigable, por ejemplo un Labrador, yo tengo uno.
Jamás tendría una raza que me hiciera sufrir, desconfiar y quien sabe si algún día llorar por un accidente. Piénsalo bien, no le des dos oportunidades, puede ser tarde la próxima.
Saludos, Who.
Publicar un comentario