Miedo a Volar.

Para este año solo tenía un propósito, así que es una, solo uno, todo lo demás entra en las cosas que tengo que hacer, y es una lista que se actualiza casi diariamente, he dejado de hacer propuestas de buena conducta al principio de año, soy como soy, vaga, fumadora, vaga, desordenada y adicta a la comida, en el momento justo que decido dejar de fumar un cigarro, soy tan vaga que me cuesta tirar la ceniza del cenicero todos los días, con los consiguientes cabreos con ParejaEstable, se que tiene razón, pero es que soy más vaga que cualquier otra cosa y lo de hacer propósitos me da pereza.

Pues mi propósito era simple, tenía que volar, tengo que volar antes de que acabe el año, agosto está agónico y sigo sin haberlo echo, lo único que ha mejorado mi situación desde enero es que al menos se ha pagado un billete a mi nombre, de avión, si señores, y la emoción me embarga, y no me lo puedo creer y no quiero pensarlo si quiera, por si al final sale mal, y es todo una emoción, y me queda un siglo hasta primeros de octubre que es cuando tengo el vuelo planeado, y aún no he pedido las vacaciones en mi empresa para esas fechas.

Comprando ayer el billete me pregunta ParejaEstable que si ventanilla o pasillo… La pregunta ofende… ¡Ventanita, ventanita! Y me pregunta que si me mareo… ¿? Pues yo que sé… ¿Cuenta las veces que he soñado que volaba y no me daba miedo? Iba bajito, al fin y al cabo solo era cogiendo impulso de un salto, así que no me he atrevido a volar más que la altura de un cuarto piso, tal vez un quinto, soy prudente en los sueños, no vaya a ser que me lo crea de verdad, me pase algo y no me despierte.

Luego también he soñado caer al vacío, a la nada, y juro que eso de miedo para morirse, y también es volar, creo, bueno no, supongo que si el avión se mantiene en la trayectoria planeada, seguramente no me de miedo, si no hace demasiadas curvas, cosa que en pleno cielo espero no le de por hacer… supongo que tampoco me marearé, así que basándome en mis experiencias anteriores, creo que no le tengo miedo a volar.

A volar en avión, ya no tengo ni idea.

Lo que si que no voy a poder reprimir cuando suba es los mismos nervios que estrené cuando monté por primera vez en una atracción de la feria, y como entonces se me notará en los ojillos la ilusión, algo no demasiado frecuente en una mujer hecha y derecha con sus treinta tacazos, pero vamos, no he montado nunca, nunca en avión…

Saludos,
YoMisma