Es como aquel sueño en el que te ahogas, algo te impide moverte, nadar, salir de allí, sabes que eres perfectamente capaz de salir de esa situación si no estuvieras atada de pies y manos, unas cuerdas invisibles que te ahogan casi tanto como el agua que empieza a entrar por tus fosas nasales.
Es una situación absurda, no tienes ni idea de cómo llegaste allí, cómo caíste al agua, cuánto tiempo llevas allí, qué pasó antes, nada, es como si sólo hubiera agua y nada más.
En algún momento caes en esa certeza, que sólo está el agua alrededor, no hay nada más, es la única idea que ocupa tu cabeza, el agua inquietante y tú en medio de toda ella a punto de ahogarte y entonces, entre el pánico, el miedo y el dolor en tus piernas, que empieza a ser insoportable, te reconoces que no hay esperanza, que no ves nada a lo que aferrarse, que es el fin, que esto que tienes ahora es lo único, la única cosa que eres ahora mismo es eso, una persona ahogándose sin nada más.
Y entonces llega la paz, si ya no se puede hacer nada, si todo está perdido, sólo te queda tu último pensamiento, sólo quedas tú, seas quién seas y te niegas a morir ahogado con pensamientos de pánico, respiras y te permites, hacerte el muerto, irónico, tu respiración cada vez es más pausada, notas como todos los músculos se relajan, reconoces lo muy cansada que estás, el vaivén del agua te acuna.
Entre la ensoñación del cansancio eres capaz de recordarte, rodeada de esa gente que te sostiene el corazón y sientes que al final del todo, quitando el agua por supuesto, todo fue bastante bueno.
Saludines,
YoMisma
4 comentarios:
Esas terribles pesadillas acontecen durante el verano, cuando uno ha pasado el día en la piscina y, abierto el apetito, cenado una buena fabada.
En estos casos es aconsejable irse a la cama provisto de un salvavidas, aunque sea una simple rueda de plástico.
Hola guapa me alegro que vayas escribiendo . un beso
Qué familiar me resulta esa sensación...
Nada como una buena "sirena" para que te saque de ese agua.
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