Siesta

Estoy mirando por la terracita de casa, hace siglos que no deja de llover, no recuerdo otro olor que no sea el de lluvia y empezaba a estar cansada, hoy, al fin, ha salido un sol torpe y perezoso, que me ha obligado a ir a verlo desperezarse, he decidido usar mi chaqueta granate, la gran chaqueta que la abuela le hizo a su hijo y que jamás se pudo poner porque le venía demasiado grande y me he venido aquí a mi terracita, a ver cómo el sol termina de levantarse al fin.

Me encanta el sol torpe, ese que aún no tiene todo su gran candor del verano, que achicharra y derrite, me gustan los días así.

Desde mi posición elevada lo veo todo, allí está ese vecino que lleva meses haciendome la vida imposible, que me acosa y me persigue, que me hace sentir torpe y pesada, que me obliga a permanecer escondida y asustada para evitar su presencia. Es idiota, hasta andando.

Por allí se ve a la otra pata del banco, engreído, zalamero y oportunista, alguien que sólo tendrás a tu lado si es capaz de percibir que va a sacar algo de ti, fuimos muy buenos amigos, incluso íntimos, pero hubo un invierno frío, en el que no había comida por ninguna parte, un invierno en el que llegaron a escasear incluso los ratones, fué entonces cuando descubrí que mientras yo cazaba para dos, el solo lo hacía para uno y encima se comía la parte que yo le daba, fué duro reconocer que se me da tan mal confiar en otros gatos.

Cada uno, por separado, ya no me afecta, tengo mi casita, mi dueña me pone leche en mi platito y tengo esta gran chaqueta que me abriga y me acoge, son parte de mi pasado.

Sigo mirando perezosamente por la terraza, qué suerte haber encontrado esta casa, ronroneo y me acomodo, mientras veo como mis pesadillas siguen caminando por la calle y me sorprendo comprobando como sin remedio sus trayectos terminarán confluyendo, todo se vuelve interesante de repente, me asomo con los ojos enormes para descubrir una vez más que la Justicia existe, y que no existe batalla más épica que aquella que se desarrolla entre un perro y un gato.

Feliz mayo lluvioso.

Saludines,
YoMisma