Odio

Odio esa pose de niñita adorable, odio su voz dulce, su cara serena llena de felicidad, odio sus modales y la forma de total educación y confianza con la que me trata, la odio tanto que la mataría, si con ello pudiera llegar a sentirme menos estúpida.

Esa niña me engañó de la forma más tonta posible, tal cúmulo de atributos no podían confluir en el mismo ser humano, pero yo en mi esperanza perpetúa lo consideré posible y ahora no me queda otra que aceptar las consecuencias.

La niña adorable se convirtió en un enano gruñón, agresivo y cruel que solo piensa en su propio placer y no le importa en absoluto quien sale dañado mientras él consiga sus objetivos, pero aún así no culpo al enano, él al fin y al cabo no es una mentira, es lo que hay, lo que sale de las entrañas y es imposible evitarlo, el enano aunque oculto la mayor parte del tiempo, castigado a la penúmbra por la niñita adorable, es la verdad, mientras que la niña solo es una mentira, una forma de ser querido solo por lo que dejamos aparecer en la superficie, capa vez que la veo me gustaría matarla, solo para poder curar con mis manos la torpeza de mi corazón, que permite sin pudor que cualquiera venga a engañarlo.

Al enano nunca me lo hubiera traido a vivir a mi cabaña, hay que estar muy loco para encerrarse con una especie así, rencorosa y ruín, pero al menos es sincero y no esconde lo que es. No se le quiere por lo que es, no se le odia por sus mentiras.

Saludines,
YoMisma

P.D: Y ya he vuelto, sé que el primer post es el más díficil despúes de una gran sequía, pero llegado a este, todo lo demás fluye, muchas gracias Yo por acordarte de mi.