Por fin tenía un día libre.

Entre unas cosas y otras se le hacía imposible permanecer más de un día en su casa, esa maravillosa casa, que no le había costado ningún trabajo comprar con su trabajo y fama.

Estaba en lo más alto de su carrera, después de muchos años, había llegado allí, le quedaban otros cinco años y tendría que dejarlo, es lo que se espera de las carreras deportivas, de todas maneras tenía estudios y bastante don de gentes, podría seguir de comentarista, tenía una buena reputación y el cariño de muchos aficionados.

Encendió la tele, la sala se iluminó por completo, no le gustaba encenderla, ser un personaje público siempre te hace susceptible de aparecer en algún programa del corazón, sacando de contexto cualquiera de tus reacciones, cualquiera de tus comentarios.

De todas maneras en su caso, solían tener piedad y nunca había estado demasiado presionado, al fin y al cabo era el representante de su país en las Olimpiadas, era tratado con respeto y consideración, cosa que agradecía, dejándose entrevistar en contadas ocasiones.

No tenía ninguna película que ver, así que decidió hacer un poco de zapping a ver que había por ahí.

Salió Ella, preciosa, perfectamente maquillada y vestida como una princesa, no podía apartar la vista de ella, no tenía ni idea de lo que anunciaba, en aquel momento se transportó a otro instante, a un instante con Ella, tocándola y oliéndola, abrazándola y siendo feliz a su lado, por un momento estaba en paz, recordándola sin ningún tipo de rencor ni de pena, solo la felicidad de volverla a ver.

Volvió a la realidad, ya no estaba, ahora emitían un anuncio sobre la programación de la noche, cambió de nuevo de canal.

Otra vez Ella, interpretaba un personaje en una serie, y estaba alterada gritándole a otro de los personajes, le hizo gracia, parecía real su enojo, estaba preciosa, recordó sus incontables peleas, la forma que tenía ella de chillarle, de interrogarle sobre donde había estado y que había hecho, de tomarse tan en serio, todos los reportajes y fotos robadas que le hacía a menudo la prensa, su sufrimiento por intentar hacerle entender, que era todo mentira, que solo era un plano a mala idea, que no tenía nada con aquella modelo y que ni siquiera la conocía.

Revivió toda aquella tristeza, con la voz de Ella de fondo, chillando, artificial y real a la vez.

Volvió a cambiar de canal, un programa rosa, salía Ella, estaba acorralada entre un montón de periodistas que le preguntaban por su vida amorosa y sus futuros planes de boda con su actual pareja. Su actual pareja, Ella ya no era suya, era fácil de olvidar entre su rutina, solo cuando se encontraba en soledad, se daba cuenta de lo mucho que la echaba de menos, y entonces encendía la televisión, para verla, para recordar.

Saludos,
YoMisma

9 comentarios:

Laia... dijo...

A menudo creo que todo el oro del mundo no es capaz de pagar el precio de la fama... Mejor quedémonos dónde estamos...

Yas dijo...

Al final ella misma se metió en el hoyo donde un dia lo metió a él.

Te puedo decir que yo me divierto muchisimo viendo esos programas, pero no me cambio por ellos...porque tienen que dar cuenta de todo lo que hacen y no podría!!

Buenisimo el texto.

Besoots

Lara dijo...

Pues iba a decir lo mismo que Laia, si, mejor así que no a saber como.
Muuuuuuuuuacks!

S. dijo...

no me gustaría ser famosa para nada,la de infidelidades que se me hubieran descubierto ajajjaja

Anónimo dijo...

Uf.....menuda paradoja. Yo creo que apagaría la tele. Lo único que hace al verla es ahondar más en la herida. Pero los enamorados hacemos justo eso, estupideces.

Tanais dijo...

Me resultaría muy extraño si me pasara algo así...no podría evitar encender la tele, aunque me hiciera daño...

El famoseo...no sé, creo que al principio podría gustarme pero acabaría hasta la coronilla así que creo que no me compensaría.

si, bwana dijo...

Mejor es que se busque otro arreglito para quitarse ese pedazo de depresión.

La Queli dijo...

Sí, la mancha de mora cono otra mora se quita. Castigarse reviviendo lo que uno ha pasado, es no curarse nunca.

A mi tampoco me gustaría ser famosa, ni siquiera con todo su dinero, con lo bien que se está siendo anónimo, sin darle cuentas a nadie, sin que nadie te siga.... UFFF, esos famosos no pueden vivir tranquilos. Además, quien tiene mucho dinero.... pierde las ilusiones por todo. Bien, creo que este es el consuelo de los pobres, no?? ajajajajajajaja.

Besucos.

dintel dijo...

Con lo que disfruto yo mi casa, que no es mía, pero la habito...