Fortaleza Imaginaria.

Me dice MejorAmiga: “Es que tú eres más fuerte que yo.”

No, no es cierto, no lo soy, solo que en algún momento hice una imagen virtual de mi fortaleza al resto del mundo, y una vez que habéis empezado a creer en ella, ha sido entonces cuando se ha hecho realidad. O al menos es lo que me quiero creer, que si no me da miedito y lloro.

En algún momento de la película decidí que no iba a ir llorando por las esquinas pasara lo que pasara, bueno, hasta cierto punto, no al menos delante de la gente para que me acune y me compadezca, para que puedan constatar de primera mano lo tristísima que he estado y se convierta en comidilla general. Puedo ponerme triste un día, dos, pero el tercero se hace limpieza e intento no pensarlo, sales, y te juras solemnemente que no vas a permitir que nadie te saque el tema, y que tu te vas a morder la lengua para no sacarlo. Y a fuerza de esforzarte por parecer que estás bien, terminas estando bien, es inevitable, nadie puede estar triste siempre, la pena se pasa, y no hay que permitir que nos guste el estado en el que nos ponen en un cojín de plumitas y con cuentan cuentos para que se nos pase, nos tenemos que hacer fuertes, y no esperar que siempre se nos mime y cuide.

Solo lloro con los buenos amigos, y con mi hermana, y solo cuando es totalmente incontrolable, mis amigos me cuentan cuentos y me hacen reír, hacen que se olviden y me cuentan mentirijillas sin ninguna base científica.

Mi hermana me manda a la mierda, me dice que soy idiota y que ya sabía que todo iba a terminar así, que siempre me pasa lo mismo por tonta, que parece mentira que no me de cuenta y que seguro que en dos meses estoy otra vez haciendo el gilipollas, además es incansable, si ve que se me pasa, a los dos días viene y me da otra patada donde más duele, no vaya a ser que me cure mal, no acepta que no me entere de lo que hice mal, y se queda un par de días más chinchándome para a ver si a fuerza de insistir espabilo.

Es posible que mi fortaleza, la real, se haya consolidado gracias a ella, cuando ves que nadie te va a mimar, no te van a dejar sola, pero tampoco te van a dejar que te regocijes en la pena, no te queda más que tirar para adelante y relativizarlo.

Es verdad que no era tan bueno, es verdad que no estaba tan bien, es cierto que no merecía la pena, y por supuesto, estoy mucho mejor así.

La próxima vez dolerá igual, os lo garantizo, pero ya sabréis como de bonita se ve la luz al final del túnel, y no me quedaré tanto tiempo en la oscuridad.

No es fortaleza, es salud, salud mental y autoestima.

Saludos,
YoMisma

1 comentarios:

La Queli dijo...

La tristeza, la pena son en si mismas un mundo, del que se puede salir gracias a los que nos rodean y como bien dices, si dices, si sientes o si aparentas que estas bien, terminas estándolo.
De todas formas un poquito de tristeza de vez en cuando te ayuda a ver quien te quiere y te ayuda a relativizar, y sobre todo, echas un panzon de lágrimas y te quedas como Dios.
Ánimo y a tirar hacia adelante, que el mundo es de los decididos.
Besucos. *-*