Mi nombre pintado en una pizarra…

La última vez que tuve una experiencia del tipo yo estaba en clase y el profesor de turno no, mi gran, adorado y querido profesor Miguel Ángel, él fue el que me hizo dudar de que me pudiera sacar cuarto de EGB, que no estaba hecha para estudiar, y el que también me abrió el camino para saber lo que quería ser de mayor, desde algún punto de vista puede que fuera el precursor de mi vida, porque al final siempre cuento, una de las primeras cosas por las que he llorado desconsoladamente, por mi ordenador, porque aquel subnormal no me aprobaba un puñetero examen y mis padres me castigaban sin poder jugar con el ordenador, la situación llegó a tal punto de desesperación que mi padre, en un acto de locura, por más años que han pasado sigo sin entender qué le movió ha hacerlo, (aunque es posible que mi madre lo coaccionara, para eso no hay quien la gane) se puso conmigo y el libro de Ciencias Naturales y me hizo un resumen de su puño y letra para el siguiente examen, que tenía con el subnormal. Saqué un ocho, llegué a casa pletórica, y cuando le dije que me ayudara para el siguiente examen me dijo que ahora era yo la que tenía que aprender a saber que cosas eran las importantes para incluir en un resumen. En el siguiente examen saqué un cinco, pero al menos aprobaba, y con práctica al final todo se consigue.

Ahora han pasado muchos años, bueno, unos pocos tampoco es plan de exagerar y he vuelto a ver escrito mi nombre en una pizarra, es curioso, en esa habitación no hablé para que se me apuntara allí, han pensado que se puede confiar en mi para hacer una trabajo, y es cierto, puedo, he estado trabajando en el proyecto y aunque al principio estaba más perdida que el caballo del malo, por lo visto ahora soy la persona que lleva con él desde hace más tiempo.

Me gustaría ir a ver al imbécil del profesor Miguel Ángel, jamás me he sentido tan incapaz de hacer algo en toda mi vida, nunca como con él, pero es tontería, aquel profesor que me traumatizó que se encargaba de tener en palmitas a Patricia a la que le enseñaba más cosas que al resto, ni siquiera recuerda mi nombre, y ya ni recuerda mi cara, la última vez que lo saludé me llamó con el nombre de mi hermana pequeña, es increíble a mí no se me va a olvidar y él no me recuerda.

Pero bueno, que le vamos a hacer… Al fin y al cabo todo consiste en hacer resúmenes, no hay más, todo no se puede memorizar, todo no se puede aprender, cada uno decide qué es lo importante y qué son adornos para que la historia parezca más divertida y apasionante y lo que uno haga puede cambiar la vida de otra persona, o convertirse en los mejores recuerdos, por lo tanto hagamos resúmenes optimistas, nadie debería tener recuerdos horribles solo achican el corazón, por lo que mi resumen es: “Una vez tuve un profesor subnormal, que se limitaba a ir a clase a hacer el imbécil y a hacernos exámenes imposibles para nuestra edad, estuve desesperada durante mucho tiempo, pero al final mi padre me ayudó a resolverlo antes de que realmente pudiera llegar a pensar que la culpa estaba en mí”

Siempre es necesaria una segunda opinión y siempre es necesario que alguien nos eche una mano y nos de la razón, cuando todo está en contra.

Besines.

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