La educación ante todo

Creo que soy cobarde, o tonta, no tengo muy clara cual es la diferencia, teniendo en cuenta mi situación, tal vez sea las dos cosas, a parte, claro está de buena persona, soy incapaz de contestarle con una improperio a alguien que en teoría viene de buen rollo, así que ahí tenéis la clave, cualquier cosa que me digáis con una sonrisa en la boca y con el gesto indiscutible de que os diré que sí, no os la podré negar. Tal vez también sea débil… Claro, tengo que notar que vuestra atención no es hacer daño ni nada por el estilo, al fin y al cabo todo el mundo tiene un límite de estupidez, que de vez en cuando alcanza y le impide seguir siéndolo.

Así que como al fin y al cabo no soy capaz de dar una mala contestación nada más que a cuatro mal contados… He terminado pagando las consecuencias de mis debilidades, ¡ahora tengo una madre en adopción! ¡Jo, es lo que siempre he querido! Desde que salí de mi casa, que ya va para un año, es alguien que me pregunta qué he comido, cuándo, que me mira qué ropa me pongo antes de salir de casa y critica mi decisión, que me mira la habitación y me diga qué cómo la tengo sin recoger, la que me pregunta de donde vengo y a donde voy… Vamos, una madre. El problema de todo esto es que yo ya tengo una madre, que me hace todo eso, y a la que quiero un montón, y que precisamente por el cariño que la profeso y para que nuestra relación no se viera afectada por los cuestionarios diarios, dejé en su casa y yo me vine a la mía, es a esa mamá a la que no le contesto hasta un punto, es a esa mamá a la que llegado el momento la mando a la mierda, pero como mucho trasciende un par de horas en la que está sin hablarme y súperofendida, ESA, es mi MAMÁ.

Está nueva mamá no se entera que me tiene hasta las narices, porque claro, como le conteste como a mi mamá verdadera a lo mejor va y se ofende, pero no es justo, no es justo estar solo para criticar y tener esa posición maternal privilegiada, si no tienes también la rebeldía de aquella persona a la que criticas, ¡Contras! ¡Que ya tengo una edad…!

Aún así creo que he dado con la solución, pero como cualquier solución del tipo, tengo que encontrar el momento, la situación y el ambiente idóneo, y sobre todo, todo, la cara que pondré y el tono de mi voz, porque tengo planeado que la próxima vez que me venga con una de mis archiconocidas frases, de esas que solo le permito a mi mami de verdad, le voy a saltar con un “Sí, mamá, ya voy…”

Es posible que la pierda como mami, como casi-amiga y también como conocida, pero todo el mundo tiene un límite, y no estoy por la labor de que nadie venga a suplantar a mi madre, ¡por muy bien que se le dé el papel de andar todo el día poniéndome pegas! Ya es cuestión de lealtad, si alguien me tiene que chillar que siga siendo la de siempre, que es la que se lo ha ganado, y la que realmente se cree con la responsabilidad de educarme ¡A mi edad!

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