¿Dónde se fue mi mundo?

El otro día fui al supermercado, cosa que intento hacer de vez en cuando, al menos para comprar latillas de conservas y comida precocinada, yo y la alta cocina, el problema me vino de repente cuando me fui para la estantería en la que se encontraba el pan de molde, como ha evolucionado el pan de molde, parece mentira, hace unos años, simplemente se identificaba por “Pan Bymbo” y con eso te entendían en cualquier parte, y ahora lo hay de todas las formas y colores, integral, sin corteza, blanco, con cereales… y muchísimos más “sabores” que no tengo ni idea de que existen, aún así mi cabreo llegó cuando entre toda esa gran variedad de mutaciones que ha sufrido no encontré al producto original, al que yo conocí de pequeña, me pareció ridículo el hecho de que no pudiera comprar simplemente pan de molde con su corteza de toda la vida, que me gusta quitarle mientras me como el bocata, de color normal, ni blanco ni integral, solo color pan… Así que me fui con mi enfado a otra parte y me negué a comprar alguno de sus primos lejanos.

Pero eso solo es un ejemplo… Yo he aprendido a clasificar a las personas por dos tipos, desde que hago la compra, antes no me preocupaba de eso, las cosas nacían por generación espontánea en la nevera de mis padres, pero ahora… Sé a ciencia cierta que existen dos tipos de personas. Las que se sorprenden cada día e incluso se enfadan cuando van a comprar yogures y los que simplemente se entretienen en el proceso y les encanta la variedad.

Por si hay alguna duda yo soy del primer grupo, necesito cinco minutos para encontrar simplemente un pack de seis yogures naturales, no estoy pidiendo la luna, ese también es el producto original, vale, los compro azucarados, pero no más… Eso sí mientras que los encuentras y no, te tropiezas con las más raras variedades e inventos de la humanidad… ¿es que era tan asqueroso antes que hemos tenido que añadirles tantas cosas? Pobre yogurt… Si el pobre es de todo menos yogurt… Compré una mousse que era lo más sencillo que vi por allí y tenía como un toque de glamour… Llegué a casa y me dispuse a probarla… Metí la cuchara en el embase e hice lo mismo que hago siempre, empuñarla y empezar a darle vueltas, para mi sorpresa cuando terminé… mi mousse se hacía convertido en medio yogurt, por lo visto es lo que es… yogurt con aire…

Así que nada, solo queda modernizarse o morir, pero habrá cosas que me niego a aceptar, me fastidia tremendamente que pueda tener éxito de mercado por ejemplo, el sándwich mixto de toda la vida, ¡vamos! ¡Tan vagos somos ya! Pero peor es su descendiente directo ¡El sándwich de nocilla! A donde vamos a ir a parar… Eso, los zumos que traen las vitaminas de una manzana, y digo yo… ¿Dónde está el problema de comerse una manzana? Si con los supermercados que hay ahora tú vas y compras una manzana y nadie te dice ni mu…


Y luego claro con la chorradita de turno te pasan la factura, y claro que sale más caro, como que has pagado al señor para que te haga zumo de fruta, te unte la nocilla o te haga el sándwich mixto, que es supercomplicado… De todas formas lo que me ha tocado las narices más de lo esperado fue el otro día al comprar esas “cosas de chicas” y me encuentro que ha subido el precio… Que cosas… pero si son exactamente iguales… Cuando llegué a casa vi que les habían puesto una bolsita más mona para poder llevarlas en el bolso, el problema es que como sigan haciéndolos tan bonitos, me veo discutiendo con mis sobrinos porque me niego a darles un caramelo… Pero la sorpresa fue cuando necesite sacarlos de su precioso envoltorio y observé que eran AZULES ¡AZULES! Pero que más dará el color de ¡ESO! Luego que si suben los precios, cada vez lo queremos más bonito y más fácil, eso sí lo que tiene que ser un puntazo es…
- Oye ¿Y tu en que trabajas?
- Yo soy creativo
-¡Anda! ¿Y cual ha sido tu última idea?
- Pintar los ****** de azul!

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